jueves, 3 de diciembre de 2009

SE NECESITA DE ÉL

ÉL era mi padre pero nunca supo que me lastimaba con su indiferencia, su ausencia y su falta de atención hacia mi.
Yo era una joven muy felíz cuando era pequeña, porque tenia a mi padre y a mi madre juntos, pero después de un tiempo, terminaron las cosas muy mal; mi madre se fué y nos abandonó dejandome a mí, a su única hija sola con mi padre. Cuando yo cumplí catorce años decidí meterme en un grupo que solamente le gustaba alegrar a la gente con su música.

Yo me sentía muy bién tocando con ese grup, pero en la escuela aprendía muchas cosas, y comenzaba a pensar que no solamente yo no era felíz, habían muchas compañeras que sufrían lo mismo que yo; no tenían a un padre que las a poyara, pero si tenían a su madre, para mi era como que yo no tuviera a ninguno de los dos.

Un día tomé la decisión de dedicarme a mis estudios por completo, talvez así mi padre me ponía mas atención; pero era inutil, todo era más importante que yo. Fué ahí cuando me di cuenta que tenía que seguir con mi vida sola y, decidi salirme de mi casa. En eso mi padre no dijo nada cuando le comenté, talvez no sabia que decirme, como nunca estuvo acostumbrado a sentarse a platicar con migo ni un solo momento, entendí que por ese motivo era.

Pues no le dije nada y me fuí. Pasaron 5 semanas en las que me habían contado que mi padre había estado tomando mucho alcohol y ya no iba a trabajar, a mi me hacía mucha falta, aunque él no hubiera sido un buen padre, pero yo lo aceptaba y lo quería tal como era. La descepción lo llevó a la ruina, yo llegué a la cima gracias a mis esfuerzos ya la dedicación que le dí a mis estudios. Pero mi padre estaba destrozado decían que en las noches gritaba mi nombre y lloraba mucho, pero yo seguia con mi vida, tenia muchas responsabilidades con mi trabajo. Un día mi padre se dirigía a mi trabajo iba ebrio, manejando; dispuesto a pedirme perdón por todo lo que no había compartido con migo, pero ese mismo día, el destino decidió arrebatarle la felicidad y tuvo un grave accidente. Él murió al instante, pero yo sé que él estaba decidido a pedirme perdón, y yo estaba dispuesta a perdonarlo y pedirle que viviera con migo; pero desgarciadamente no lo pude hacer.

Ahí es donde comprendí,que si uno no sabe valorar a las demás personas que le rodean nunca será una persona feliz, ni tendrá paz en su corazón; asi es que tu tienes que reflexionar y pensar en que si le has puesto aención a tus seres queridos, y si no lo has hecho pues deberías de comenzar.
 

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